jueves, 30 de julio de 2009

Alex


El lápiz se desplazaba rápidamente por la superficie de papel dejando las marcas de su paso. Los trazos eran rápidos y seguros. Alex contemplaba al artista callejero mientras le confeccionaba su retrato. Estaban de viaje. Había convencido a un grupo de amigos para emprender una expedición turística a la ciudad de moda. En una de sus calles principales hallaron un dibujante rápido. Por un módico precio se comprometía a realizar un espléndido retrato en menos de cinco minutos. Cada retrato iba asociado a un animal.
A Sonia la pintó como una tigresa; a Luis, como un gavilán; a Lourdes, como una mariposa. Todos fueron desfilando, uno tras otro, con su imagen fusionada con la de un emblemático animal.
Ahora le llegaba el turno a Alex. Se preguntaba cuál sería el animal escogido. ¿Sería una majestuosa ave o un flamante mamífero? ¿Tendría algún significado? Con paciencia iba a observando los movimientos de la mano del artista. Poco a poco se reconocían sus rasgos físicos. Efectivamente, ése era su rostro: su frente, sus ojos, sus labios. El artista se había permitido la licencia de dibujarlo con más pelo, incluso con las orejas un poco más reducidas y la nariz menos pronunciada. ¡Era todo un detalle por su parte!

Sólo faltaba el cuerpo del animal que acompañara su singular rostro. De momento el cuello no resultaba del agrado de Alex, era demasiado largo. Tampoco estaba satisfecho con el tronco: ¡Era el de un pájaro! Pero, ¿qué era eso? Se trataba de la cola. Era un gigantesco abanico. ¡El retratista le había asignado el cuerpo de un pavo real! ¡Era horrible! ¿Qué podía hacer? Se veía obligado a disimular. Con dificultad podía ocultar su sensación de desagrado. Intentaba sonreír, pero estaba tan molesto que hubiera agredido al desafortunado dibujante.
Todos sus compañeros se reían de los diversos retratos. Echaban humor al asunto. Era un simple juego en una ciudad extranjera. Pero, cuando vieron el retrato de Alex, uno tras otro fueron callando. Nadie sabía qué decir.
Sonia rompió el silencio y lanzó un jocoso comentario: "Has salido muy favorecido, Alex". Y todos rompieron a reír. Alex también se puso a reír, pero no le había hecho ninguna gracia. Todos sabían que Alex era un pavo real. La moto, el último modelo de teléfono móvil, la montura de las gafas, las camisetas de diseño, no eran más que sutiles estrategias para reivindicar su originalidad. No tenía sentido del ridículo. Era capaz de cualquier maniobra para llamar la atención.
Alex alardeaba constantemente de sus supuestos méritos. Su máximo anhelo era seducir y fascinar. Pasara lo que pasara, él tenía que controlar la situación. No podía estar en ninguna fiesta sin ser el protagonista del evento. Tenía que captar la mirada de todo el mundo con sus chistes, comentarios graciosos o frases con doble sentido. Cuando alguien relataba algún incidente, él interrumpía la explicación para poner de manifiesto que a él también le había pasado. Para Alex la vida era un gran escenario donde podía representar el papel principal de una gran tragicomedia. Los demás eran meros espectadores de sus ocurrencias.Por doquier hacía gala de su originalidad, osadía e ingenio, pero no era más que un exhibicionistas incapaz de soportar que cualquier otra persona acaparara el protagonismo que se atribuía a si mismo. Sufría cuando no le miraban. Se ofendía si alguien no se daba cuenta de su presencia, no valoraba sus talentos o no reconocía su valía. Prefería que se enfadaran o que le insultaran a que le ignoraran.
Aunque su deseo fuera que los demás estuvieran supeditados a su presencia, en la práctica, Alex, como el pavo real, era un esclavo de su imagen. Por eso se sentía tremendamente vacío: no tenía nada. Sólo tenía apariencia, imagen, fachada,... Había terminado siendo, no lo que realmente era, sino lo que se esperaba que fuera. Creía que controlaba la situación pero, en realidad, estaba secuestrado por la opinión de los demás. ¿Qué ocurriría si algún día dejaba de ser el centro de atención? Tal vez, más allá del infranqueable muro de su disfraz, se sentiría un poco más libre. Era un reto interesante que requería una elevada dosis de originalidad.

miércoles, 15 de julio de 2009

Consejos

Jackson Brown no es un gran pensador, ni un Nóbel de literatura. Es sólo un hombre común, un padre preocupado por la felicidad de su hijo que quiso escribir estos simples 'consejos', al momento que éste se iría a estudiar a la Universidad, lejos de su casa.Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos.Poco tiempo después, ampliado bajo el titulo 'Vivir Feliz', se convirtió en un Best Seller que lleva decenas de ediciones y Millones de ejemplares traducidos a varios idiomas.Vivir Feliz
* Observa el amanecer por lo menos una vez al año.
* Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.
* Ten un buen equipo de música.
* Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.
* Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.
* Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.
* Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.
* Maneja autos que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.
* Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
* No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.
* Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).
* Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.
* Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.
* Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.
* Has lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
* Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.
* Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.
* Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.
* No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
* Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir).
* Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.
* Confía en Dios, pero cierra tu auto con llave.*
Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'.
* Nunca confundas riqueza con éxito.
* No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.
* No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices
* Aunque tengas una posición holgada, has que tus hijos paguen parte de sus estudios.
* Has dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.
* Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.
* No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
* No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
* Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.
* No confundas confort con felicidad.
* Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.
* Escucha el doble de lo que hablas (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca).
* Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.
* Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.
* Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
* Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.
* Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.'La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo
... simplemente disfruta al máximo de todo lo que Dios pone en su camino'