Lo más importante de nuestra vida,
junto con las certezas que nos habitan,
es nuestro mundo de relaciones.
Las convicciones personales
y el encuentro con todo tipo de personas
son esas dos grandes carpetas
que no podemos borrar de nuestro disco duro.
Pero, ¿y Dios? Qué pinta en todo esto?
¿Qué pinta en tu vida? ¿Es administrador o usuario?
¿Es la pantalla sobre la que colocas todos tus archivos?
¿es el antivirus que te marca lo permitido y lo prohibido?
¿O es una dirección bloqueada?
fuente: Revista Vida Nueva